
- Editorial
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Tengamos cuidado, no vaya a venir el huracán y se lleve no sólo el símbolo, sino a nosotros, decía Blas Infante. No se equivocó. Por eso, entre otras razones, hemos abierto las ventanas de la reflexión para mostrar a un personaje tan crucial en la historia de Andalucía. Descubrir a Blas Infante hoy, puede parecer a los ojos de algunos el inicio de un camino hacia la utopía y la irrealidad, pero citando a Octavio Paz, la irrealidad de lo mirado da realidad a la mirada.Y para irreal, nuestra experiencia. Hace menos de un año, en plena fase cero, nos encontrábamos dedicando largas jornadas, incluidas horas de noche, para finalizar el montaje del documental titulado El complot de Tablada. Una verdadera carrera de obstáculos que continuaría con la prolongación de las medidas de confinamiento. Para entonces el nuevo reto era el poder realizar un preestreno digno y cumplir con nuestro empeño de traer, al presente de la vida, de la pantalla y del espectador, la imagen irreal de Blas Infante haciéndola, finalmente, verosímil y real a nuestra mirada.